lunes, 30 de junio de 2014

Deschamps rescata el espíritu de 1998

FIFA.COM - Es la gran pregunta en Francia: ¿cómo, en espacio de unos meses, los Bleus han pasado de ser un equipo gris y sin ritmo a un bloque unido, que juega bien y conjuntado, y que marca goles sin parar (26 a favor y sólo 3 en contra en 8 partidos desde aquella ida de la repesca en Ucrania)? La euforia tras la hazaña lograda en la vuelta de aquella eliminatoria (3-0) puede ser una explicación, y también se apunta a la salida de algunos jugadores del equipo y a la frescura física del plantel.

A decir verdad, no hay ninguna certidumbre, o casi ninguna. Una cosa sí, tal vez: las palabras del seleccionador. En Francia, todo el mundo se acuerda de Didier Deschamps cuando era el capitán de los Bleus en 1998. En el descanso de la final de la Copa Mundial de la FIFA™, cuando Francia iba ganando 2-0, motivaba a sus compañeros, alzaba el tono, y luego dialogaba aparte con Zinédine Zidane, más tranquilamente.

Y todo apunta a que DD ha optado por mantener esa fórmula ganadora de la alternancia calor-frío en su papel de seleccionador. Luego de lograr el pase a octavos tras el partido contra Ecuador, tocaba más bien la fibra entusiasta: “Es una satisfacción enorme para mí, para mi cuerpo técnico. Estoy orgulloso de lo que han llevado a cabo los jugadores. Es necesario que valoremos este momento: viendo los demás partidos, uno se da cuenta de que este Mundial es muy difícil. A día de hoy, hay grandes naciones que ya están eliminadas, pero nosotros estamos ahí…”, comentaba a la FIFA.

Ni siquiera la falta de eficacia de sus delanteros contra la Tri le preocupaba gran cosa: “No hemos sido eficaces, pero hemos tenido muchas ocasiones. Habíamos sido especialmente prolíficos en nuestros partidos anteriores, lo cual es importante. Habría estado mejor seguir así, pero eso no amarga ni un ápice nuestra alegría por habernos clasificado”.

Estimulación
¿De ahí a caer en un idealismo exagerado? No, porque Deschamps, ya después del primer partido, se había cuidado de precisar en rueda de prensa que no había “que dejarse llevar por la euforia”, aunque “de momento, al no haber notado un exceso de confianza, no he tenido necesidad de intervenir”. Eso sí, luego añadía: “pero tampoco hay que dormirse en los laureles”. Alternancia calor-frío, como decíamos…

Otro método “a lo Deschamps” para mantener bien tirante la cuerda: estimular a sus 23 jugadores. De ahí la rotación practicada frente a Ecuador, con 6 habituales suplentes sobre el césped: “Estoy bastante contento con su actuación, aunque pienso que podríamos haber jugado mejor colectivamente. Pero es importante que la mayor cantidad posible de jugadores mantengan el ritmo gozando de minutos de juego”, señaló. Hay que resaltar que, en 1998, la alineación también dio un vuelco importante para disputar el último encuentro del grupo.

Ahora queda por superar el próximo escollo de Nigeria, a la que el técnico francés no subestima. “Sin duda, va a crearnos problemas físicamente, y posee delanteros que pueden marcar la diferencia en cualquier momento”, observó, guardándose bien de desvelar sus planes para contrarrestar a las Súper Águilas. 

Al llegar a Brasil, Deschamps declaró a los periodistas: “La dinámica de equipo y la mentalidad de los jugadores serán esenciales. Eso no es lo que te hace ganar un partido, pero no puedes ganarlo sin eso”. Con 8 goles marcados en 3 encuentros y la primera plaza en el Grupo E, parece un hecho irrefutable que el ex capitán de losBleus campeones mundiales ha tenido éxito en su empresa inicial. La historia dirá si el final de la película será idéntico al de 1998…