SAO PAULO (Reuters) - Hace apenas unos días tenía al mundo del fútbol rendido a sus pies, deshaciéndose en elogios por los dos golazos con los que hundió a Inglaterra en su regreso tras una operación de meniscos.
Pero tras morder inexplicablemente al defensa italiano Giorgio Chiellini, el delantero uruguayo Luis Suárez se convirtió el martes en el villano del Mundial de Brasil.
"Suárez el caníbal", dijo el diario italiano Corriere della Sera poco después de la acción, en el segundo tiempo de la victoria uruguaya 1-0 sobre Italia por el Grupo D.
#Suarez se transformó inmediatamente en trending en la red social Twitter, al igual que Facebook inundada con fotos del atacante uruguayo con un bozal, con ensangrentados dientes de vampiro o una máscara como la del caníbal Hannibal Lecter.
Poco después de la mordida, Uruguay anotó el 1-0 que le permitió clasificar raspando a octavos de final del Mundial.
Pero la FIFA está investigando la denuncia de Chiellini y la "gracia" de Suárez podría terminar costándole carísimo a Uruguay, que depende del atacante del Liverpool para sobrevivir en la próxima fase del Mundial.
Suárez, un genio del balón con un olfato animal para el gol, fue el goleador de la temporada en la Liga Premier inglesa. Operado de meniscos hace apenas un mes, en su primer partido anotó los goles de la victoria 2-1 de Uruguay sobre Inglaterra.
Ese resultado salvó a Uruguay, malherido por una humillante derrota 3-1 en su debut frente a Costa Rica y convirtió a Suárez en la sensación del Mundial.
No es la primera vez que el jugador uruguayo de 27 años se ve envuelto en polémicas.
El año pasado fue suspendido por 10 partidos en Inglaterra tras morder en un brazo al defensor del Chelsea Branislav Ivanovic, algo que ya había ocurrido en el 2010 cuando jugaba para el Ajax de Holanda.
En el 2011 fue multado y suspendido por ocho partidos por "abusar racialmente" del defensa francés del Manchester United Patrice Evra.
Y en los cuartos de final de Sudáfrica 2010 evitó con la mano un gol de Ghana, un reflejo que le valió la expulsión pero permitió a Uruguay avanzar a semifinales.
Consultado por periodistas tras el partido del martes, el entrenador uruguayo Oscar Tabárez dijo que él –igual que el árbitro mexicano Marco Rodríguez que dejó seguir el juego- no vio nada.
Y otro con problemas de visión fue el capitán uruguayo Diego Lugano, que siguió el partido desde el banquillo.
"¿Usted vio la mordida? ¿Está seguro de que la vio por televisión?", increpó a un periodista. "Cuando diga una cosa, asegúrese que sea verdad. Usted está haciendo una acusación que no es verdadera. Chiellini ya tenía esa cicatriz. Es vieja. No es de hoy".
Fotografías e imágenes de televisión muestran unas marcas, aparentemente de dientes, dibujadas en la espalda de Chiellini.