Joachim Loew y Juergen Klinsmann. Dos hombres y dos personalidades muy distintas que, sin embargo, tienen mucho en común. Por un lado está Loew, racional y meticuloso en todo lo que trabaja; por el otro, Klinsmann, capaz de mover montañas con su entusiasmo, empuje y dinamismo.
En otra época, ambos formaron un dúo perfecto y muy conocido. Aún hoy se los considera los impulsores del nuevo y espectacular juego ofensivo de la selección alemana, y no pocas veces celebraron abrazados los éxitos que condujeron al famoso "cuento de verano" de Alemania durante la Copa Mundial de la FIFA de 2006. Este 26 de junio, sin embargo, todo quedará olvidado durante 90 minutos, borrado por completo de su memoria.
Cuando dé comienzo la última jornada del Grupo G de la Copa Mundial de la FIFA 2014™ y alemanes y estadounidenses se vean las caras en el terreno de juego, los verdaderos adversarios serán Klinsi y Jogi. El ex seleccionador alemán es hoy el máximo responsable del combinado norteamericano, y su antiguo asistente lleva años al frente del tricampeón mundial. "Él está a lo suyo, somos buenos amigos y yo estoy a lo mío", constataba de manera tajante Klinsmann. "Ahora no es momento de llamadas por teléfono entre amigos. ¡Esto va en serio!"
Un cruce muy especial
En esta fase final hemos vivido ya el enfrentamiento en la cancha de dos hermanastros, y probablemente veremos también a otros seleccionadores disputando la victoria a su país natal. Sin embargo, el duelo entre Klinsmann y Loew va a ser muy especial por varios motivos. La historia escrita mano a mano entre ambos puede culminar ahora con un Klinsmann —residente desde hace 16 años en California— superado por el equipo que él mismo contribuyó a crear. Pero también podría deparar una victoria de Estados Unidos sobre Alemania, una de las grandes favoritas al título, con lo que los norteamericanos dejarían bien a las claras que pueden tratar de tú a tú a las principales potencias del planeta.
Lo cierto es que pocas veces se había visto a un combinado estadounidense tan seguro de sus posibilidades en una fase final mundialista como estos días en Brasil. "Viajamos a Recife con la ambición y la convicción de poder derrotar a Alemania", afirmaba Klinsmann en un tono que todos recuerdan perfectamente en su país natal. Son declaraciones que no encierran arrogancia o inconsciencia alguna, sino que son simplemente la manifestación del deseo de Klinsmann de creer en algo y querer contagiar esa fe a los suyos. Tras ganar su primer partido frente a Ghana por 1-2 y estar a punto de derrotar a la Portugal de Cristiano Ronaldo (los lusos empataron en el descuento), motivos no le faltan para sacar pecho.
En la concentración alemana son muy conscientes de que los estadounidenses serán un hueso duro de roer. "Su progresión en estos últimos años ha sido notable, también bajo la batuta de Juergen Klinsmann", afirma Loew. Sin embargo, lo acontecido hasta ahora en el grupo de ambos equipos ha llevado a que ni Alemania ni Estados Unidos puedan permitirse el más mínimo error en su enfrentamiento directo, por lo que Loew subraya: "¡Claro que queremos mantener el liderato de grupo!"
Entre la amistad y la rivalidad
El duelo está servido, y resulta difícil imaginar un guión mejor para el reencuentro. Sobre todo si consideramos que tanto Loew, de 54 años, como Klinsmann, que en poco más de un mes celebrará su 50º aniversario, habían manifestado durante sendas entrevistas exclusivas con FIFA.com en semanas anteriores que, de poder elegir, preferían no plantearse un posible encuentro contra su antiguo compañero de fatigas.
"Ahí es cuando uno piensa: '¿De verdad hacía falta?'. Pero, por otra parte, aceptamos las cosas tal y como llegan. Tenemos la ambición de pasar a la siguiente ronda y, tanto si nos hace falta un punto como si necesitamos tres, intentaremos salir a conseguirlos", declaraba Klinsmann en vísperas del torneo durante una entrevista concedida a FIFA.com
Loew se expresó también en términos parecidos: "No es la primera vez que nos enfrentamos a esta situación: ya la vivimos en el transcurso de nuestra gira por Estados Unidos a mediados del año pasado. Aunque ahora hay mucho más en juego, claro. Siempre me alegro de coincidir con Juergen. He de decir que seguimos manteniendo un estrecho contacto. Aprecio su opinión, y me interesa siempre saber qué piensa él sobre determinadas situaciones y posibilidades hipotéticas, que no siempre tienen que estar relacionadas con el fútbol". El actual seleccionador alemán añadió a continuación: "Durante el tiempo que trabajamos juntos hicimos un muy buen equipo, y fue una época increíble que me marcó mucho, una época plagada de acontecimientos. Tengo claro lo que le debo a Juergen".
Sin embargo, durante un breve espacio de tiempo, todo quedará olvidado. Después de todo, está en juego el pase a los octavos de final de Brasil 2014. El resultado del encuentro será determinante para ambos equipos, y puede que alguno de sus integrantes recuerde lo sucedido en Corea/Japón 2002.
En aquel entonces, los estadounidenses estuvieron a punto de dar la campanada en los cuartos de final disputados en Ulsam, pero un gol de Michael Ballack permitió a Alemania salir victoriosa de la contienda por un apretado 1-0. Dos años y 39 días más tarde comenzaría el trabajo al frente de la selección alemana de la dupla Klinsmann-Loew. Falta muy poco para que ambos escriban un nuevo capítulo en la historia de su relación particular.