La selección argentina de fútbol buscará el martes terminar de aceitar su funcionamiento colectivo cuando se mida con Suiza por los octavos de final del Mundial, en un partido ante un equipo que es rápido y movedizo en ataque pero que, al igual que la "albiceleste", ha sufrido mucho en la última línea.
Argentina intentará sumar su cuarta victoria seguida en el torneo tras un paso efectivo pero por momentos dubitativo en el Grupo F. Para lograrlo, necesita que sus delanteros mejoren lo mostrado en la primera fase para aumentar el poder de fuego que hasta ahora sostiene solamente su estrella Lionel Messi.
La defensa suiza tendrá mucho trabajo para contener a Messi, que suma cuatro goles en el Mundial, frente a una Argentina que seguramente jugará con su esquema clásico de 4-3-3 pero con la presencia de Ezequiel Lavezzi acompañando al atacante del Barcelona y a Gonzalo Higuaín.
Lavezzi jugaría en lugar del lesionado Agüero, y su ingreso podría ayudar en la recuperación del balón en campo rival para darle más equilibrio al equipo del entrenador Alejandro Sabella, algo de lo que ha carecido hasta ahora.
"Es algo que se sabe, que si jugás con este esquema (4-3-3, los delanteros) tenemos que ayudar. A veces es complicado volver. Por ahí de afuera se ve más fácil, pero la hora, el calor, el ida y vuelta con este esquema a veces es difícil", explicó Higuaín en rueda de prensa el viernes.
"Con ese compromiso y voluntad de los delanteros, a los volantes se les va a ayudar bastante", agregó.
Suiza deberá cuidarse de Messi más que ningún otro rival, luego de que el diminuto atacante marcara una tripleta en la victoria "albiceleste" 3-1 en un amistoso en 2012.
"Nos estamos preparando igual que para el resto de los partidos. Pero está claro que será difícil controlar totalmente a Messi", destacó el arquero suizo, Diego Benaglio.
"Uno puede ver tantos videos en los que Messi hace algo sorprendente en un momento decisivo", agregó sobre el atacante, que marcó cuatro de los seis goles argentinos en el Mundial.
Pero la defensa argentina también deberá tomar recaudos, ya que necesita controlar al endiablado Xherdan Shaqiri, de 22 años, quien marcó una tripleta en la victoria 3-0 sobre Honduras que puso a su equipo en octavos.
"Suiza es un equipo ordenado, que intenta jugar bien al fútbol, con jugadores de jerarquía, un mediocampo combativo y arriba con Shaqiri y (el delantero Haris) Seferovic. Además tiene dos laterales muy buenos, que son profundos y marcan bien", dijo Javier Mascherano en una entrevista con la prensa argentina antes del partido.
GOLPE MUNDIAL
Por su parte, Suiza buscará ganarle a Argentina por primera vez en siete partidos para llegar a los cuartos de final, instancia a la que no accede desde que organizó el Mundial de 1954. Para lograrlo debe mantener el orden y no desconcentrarse ni por un segundo.
"Claramente ellos son los favoritos, y nosotros no tenemos nada que perder y todo por ganar", dijo el entrenador Ottmar Hitzfeld en una entrevista con el sitio web de la federación local (www.football.ch).
"Podemos hacer historia. Es un partido, todo es posible", agregó el alemán, que dejará el cargo tras el Mundial.
La superioridad argentina en el historial es abrumadora, con cuatro triunfos contra dos empates, 14 goles a favor y tres en contra.
Además de la concentración, Suiza confía en la ayuda del público brasileño que esté en Sao Paulo para rivalizar con los miles de argentinos que se espera estén en el estadio.
"Espero que tengamos el respaldo de los brasileños en el estadio, junto a los hinchas suizos, sería genial si Suiza tiene un partido en el que se sienta local", sostuvo Benaglio.